Los zumbidos en el oído no se consideran una enfermedad en sí misma, sino que son un síntoma relacionado con el sistema auditivo. En inglés, se les conoce como tinnitus (un término que proviene del latín y significa “sonido que tintinea”) y se describen comúnmente como ruidos, como zumbidos o silbidos, que se perciben en uno o en ambos oídos, sin que haya una fuente externa de sonido. Es decir, la persona experimenta un sonido —puede ser un zumbido, un pitido, un siseo o un murmullo— que no es provocado por ninguna fuente externa.
Este fenómeno es relativamente común, ya que casi todas las personas lo experimentan en algún momento de su vida.
En algunas situaciones, los zumbidos en el oído izquierdo pueden ser el primer y/o único signo de problemas más serios, por lo que es esencial la evaluación por parte de un especialista que derive al paciente a un estudio más detallado si se presentan síntomas de alarma. Generalmente, los zumbidos tienen un carácter leve y transitorio, pero si son persistentes o molestos, pueden ocasionar trastornos del sueño y afectar el descanso y la concentración, lo que podría generar irritabilidad y disminuir la calidad de vida de quienes los padecen. Según la American Tinnitus Association, el tinnitus severo es el tercer síntoma más incapacitante que puede experimentar una persona, después del dolor intenso y de los trastornos del equilibrio.
¿A quiénes afecta el tinnitus?
A nivel mundial, se estima que entre el 10% y el 15% de la población sufre de tinnitus en algún momento de su vida. En América Latina, las cifras son similares, con millones de personas afectadas por esta condición auditiva. Según diversas investigaciones, el 85% de las enfermedades del oído están acompañadas de tinnitus.
La incidencia de este trastorno auditivo aumenta significativamente a partir de los 50 años, afectando por igual a hombres y mujeres en todas las regiones del mundo.
¿Qué tipos de tinnitus existen?
Los zumbidos en el oído se dividen generalmente en dos categorías:
Subjetivos: Son ruidos que se perciben sin que haya un estímulo acústico externo, por lo que otras personas y el médico no pueden oírlos. Constituyen aproximadamente el 95% de los casos.
Objetivos: Son los que pueden ser escuchados tanto por el paciente como por el médico. Suelen estar relacionados con el ruido del flujo sanguíneo, generando un sonido pulsátil (sincronizado con el latido del corazón) y pueden ser producidos por estructuras cercanas al oído que, en ocasiones, no pertenecen a él. En otras ocasiones, el sonido se asemeja a un clic rítmico.
¿Qué provoca el tinnitus?
No parece existir un único mecanismo que cause los zumbidos en el oído, y diferentes partes del sistema auditivo pueden estar implicadas en su origen. Los tinnitus subjetivos son, normalmente, consecuencia de alteraciones en la corteza auditiva del sistema nervioso central, que es responsable del procesamiento de los sonidos. Esta alteración puede ser provocada por diversas anomalías que afecten a las vías auditivas:
Trauma acústico: causado por la exposición a ruidos excesivamente altos en entornos laborales o de ocio.
Envejecimiento: la edad es un factor de riesgo significativo en esta problemática.
Hipoacusia: pérdida de audición.
Diversos trastornos: como migrañas, anemia, hipertensión, o problemas en la articulación temporomandibular.
Exceso de cera: o cualquier tipo de obstrucción en el oído externo.
Infecciones: como otitis en el oído medio o la rigidez de los huesecillos que se encuentran en él.
Consumo de ciertos medicamentos: o drogas que pueden ser ototóxicos y perjudicar la audición.
Enfermedades: que afectan al sistema auditivo, como ciertos tumores, ictus o esclerosis múltiple.
Enfermedad de Ménière: una anomalía del oído interno.
Lesiones en la cabeza.
Adicionalmente, situaciones de estrés, un estado de ánimo depresivo y el consumo de cafeína u otros estimulantes pueden contribuir a agravar la situación.
¿Cuáles son los síntomas del tinnitus?
El tinnitus se presenta generalmente como un pitido, zumbido o silbido que se escucha en uno o en ambos oídos, aunque también puede parecer un rugido, el ruido de la red eléctrica, un chasquido o un siseo.
La intensidad y el tono pueden variar, siendo más suaves o más fuertes, o bien, agudos o graves, aunque los zumbidos agudos son más frecuentes. Tienden a empeorar en silencio. Quienes los padecen a menudo experimentan también hiperacusia, que es una mayor sensibilidad a los ruidos externos.
Además, los zumbidos pueden estar sincronizados con los latidos del corazón, manifestarse de manera intermitente o ser continuos. En este último caso, pueden ocasionar dificultades para dormir, falta de concentración, angustia e incluso depresión.
¿Cómo se tratan los zumbidos en el oído?
En la mayoría de los casos, los zumbidos no son molestos y no requieren un tratamiento farmacológico o quirúrgico específico, aunque, según la American Speech Language, entre el 10% y el 15% de los adultos sufren este problema de manera prolongada y requieren una evaluación médica para descartar problemas que, aunque poco comunes, pueden ser significativos.
El tratamiento más efectivo es la eliminación de la causa o la enfermedad subyacente que origina los zumbidos. Por ejemplo, en el caso de la hipoacusia, los audífonos pueden ser útiles, y en situaciones de sordera profunda, la colocación de un implante coclear podría resultar efectiva al estimular el oído interno.
Si hay cuadros de estrés o depresión, también deben ser abordados mediante terapia psicológica, técnicas de relajación o medicación, y es recomendable evitar el consumo de cafeína u otras sustancias estimulantes.
Otra medida que puede ser beneficiosa es el uso de dispositivos similares a los audífonos, que se colocan en los oídos y emiten un sonido a bajo volumen, capaces de enmascarar los zumbidos. Además, recurrir a sonidos ambientales reconfortantes, como música de fondo, ventiladores o fuentes de agua, puede ser útil, especialmente durante la noche, para distraerse de los tinnitus y facilitar el sueño.
Desafortunadamente, en muchos casos no se logra identificar la causa o no es posible aplicar un tratamiento médico o quirúrgico para resolverla, lo que complica la situación de quienes sufren zumbidos en el oído izquierdo.
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