La tartamudez es una alteración en la fluidez del habla que afecta la comunicación de una persona y se caracteriza por interrupciones involuntarias en la fluidez del habla, las cuales son fluctuantes y variables, ya que no se presentan de la misma manera todos los días. Su inicio suele ser en edades tempranas, entre los 2 y 5 años en su mayoría.
La tartamudez puede compararse con un iceberg, siendo el 10% la parte visible que incluye repeticiones de sílabas, sonidos o palabras, bloqueos, prolongaciones de sonidos iniciales y tensiones físicas al hablar (que pueden o no estar presentes en diferentes grados, en la cara o el cuello). Sin embargo, el 90% de la tartamudez se refiere a aspectos no visibles para el oyente, relacionados con cómo la persona lleva la tartamudez, incluyendo sentimientos y emociones como el miedo, la frustración, baja autoestima, ansiedad, evitación de situaciones sociales, aislamiento social y conductas verbales inadecuadas, como hablar en voz baja o evitar el contacto visual.
Mitos sobre la tartamudez:
Es causada por los nervios: FALSO. La tartamudez tiene origen neurobiológico, aunque puede verse incrementada por nerviosismo o situaciones de estrés.
Es culpa de los padres: FALSO. Los padres no son culpables, pero es importante que participen en la terapia para hacerla más amigable.
No se debe hablar de tartamudez con el niño: FALSO. Es muy importante hablar con los niños y normalizar el tema para que no tenga una connotación negativa y educarlos al respecto.
No mejorará nunca: FALSO. La tartamudez no se cura, pero siempre se puede trabajar para mejorar la calidad de vida y cómo se lleva la tartamudez.
En adultos ya no se puede mejorar la tartamudez: Siempre es un buen momento para comenzar la terapia, para lograr mejorar la calidad de vida, aprendiendo estrategias y trabajando en los aspectos no visibles de la tartamudez.
La tartamudez se cura: FALSO. La persona con tartamudez no está enferma, y no hay nada que curar; es simplemente una característica de la fluidez del habla de la persona.
Recomendaciones para interactuar con una persona que tartamudea:
Enfócate en el contenido del mensaje; escucha lo que tiene que decir y no cómo lo dice.
No completes sus frases ni palabras; respeta sus turnos de habla.
Evita decir: "respira", "relájate","habla lento","piensa lo que tienes que decir", etc.
No lo apures; respeta su tiempo para hablar.
Abstente de hacer comentarios sobre su fluidez verbal.
Realiza más comentarios que preguntas.
No obligues a que hable si no quiere.
Acepta su forma de hablar.
Míralo a los ojos cuando hablen.
Evita burlarte.
Habla de forma lenta y pausada.
Si ves que tu hijo, familiar o amigo tartamudea, busca ayuda. Cuanto antes sea necesaria la intervención fonoaudiológica para mejorar su comunicación, se podrán evitar mayores consecuencias emocionales, y tendrán un mejor pronóstico con la terapia temprana.
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